martes, 31 de marzo de 2009

El hombre que pudo reinar


Esta noche, por fin, EL HOMBRE QUE PUDO REINAR en la filmoteca
La inmortal película de John Huston nos devolverá por un rato de nuevo la dorada época del colonialismo británico, del honor entre compañeros, de la amistad a prueba de bombas, reinos…o reinas
Afortunadamente la idea de Huston de rodarla con Gable, Bogart, Kirk Douglas o Burt Lancaster no fructificó. O bien no estaban interesados o se iban muriendo. Es Paul Newman, ya en los setenta, quien le propone a Huston contratar a Connery y Caine, y como suele decirse, el resto es historia.

Éstos le imprimen el inconfundible y necesario sello british a la película (a pesar de que Connery es escocés) que no habría tenido de realizarse con actores norteamericanos. Otra prueba más de por qué esos dos señores son monstruos de esto del cine que tanto nos gusta.
John Huston dirige una película de lo que más le gustaba, una amistad típicamente masculina, de tíos duros de cojones contra el mundo. Al final puede que pierdan lo material, o la vida, pero nunca perderán su amistad, su honor, que al fin y al cabo, es lo único que tienen (que tenemos).
Llena de diálogos y escenas míticas, la película de aventuras definitiva por fin en una pantalla grande.


Sirva además esta proyección para homenajear a Maurice Jarre, que murió hace dos días a los 85 añazos. Suya es la perfecta banda sonora que rodea a nuestros dos aventureros, como lo hizo con Lawrence de Arabia en sus correrías por el desierto, o al Doctor Zhivago a través las estepas siberianas.

3 comentarios:

Cazaril dijo...

Lástima que no pueda ir a verla. Aprovecharé para visionarla de nuevo en casa, y... tienes toda la razón en tu entrada, es una película mítica.

En mi caso me trae reminiscencias de años pasados, cuando el blanco y negro dominaba, pero no por ello erá menos atractivo.

Un saludo.
Ani.

Wayne Gro dijo...

Ay amigo, que no vas a ninguna. Luego quitaremos la Filmoteca y entonces las manos a la cabeza...

Cazaril dijo...

Tio, ya lo sé, acabas de meter el dedo en la herida.

Sin embargo, esto de tener crios pequeños y una mujer que trabaja. No puedo hacer esas escapadas nocturnas que tanto me gustaban... hablo, claro está, de cuando no tenía tantas responsabilidades.

Pero... ya te iras enterando, con el tiempo. ;-))