Hace unos días El Emperador de los Helados preguntaba
acerca de los terrores favoritos. Esas escenas que te acojonaron especialmente.
En la lista
confeccionada entre los lectores la mayoría alude a visionados jóvenes,
casi infantiles. Como comentaba el mismo Emperador al proponer el juego, es
difícil ya encontrar ese terror y pavor después de haber visto montones de
pelis. La capacidad de sorpresa se va diluyendo y sólo queda lo primigenio. Lo
que nos atacó de pequeños, el monstruo debajo de la cama.
Haciendo memoria fui
saltando de momentos más o menos evidentes, como Danny recorriendo el hotel
Overlook con su triciclo y parándose delante de la habitación 237, o Damien
girando en su triciclo (tres ruedas otra vez ¿el vehículo de Satán?) a toda
ostia antes de tirar a su “madre” escaleras abajo en “La profecía”. Pensar en
el pequeño hijoputa es oir “Ave Satani”, de Jerry Goldsmith, que me sigue pareciendo de lo más acojonante, en
el sentido literal de mearte encima, que se ha hecho en música para el cine.
También acompañaba las
imágenes de uno de mis miedos personales de la niñez, este anuncio de 1990 del Opel
Kadett.
Furiosos dobermans acosando el coche dentro de una capilla gótica al son del coro satánico. Seguramente sugestionado por la escena de los perros de la citada película del anticristo, (el anuncio entero está más que probablemente inspirado en ella), estos 40 segundos escasos me dejaban helado.
Viéndolo ahora otra vez me
doy cuenta de que fué la melodía de Goldsmith lo que de verdad se clavo en mi
subconsciente.
Y no ayuda nada a
exorcizar ese miedo esta versión por un coro de niños rusos.
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