miércoles, 8 de mayo de 2013

Ray Harryhausen, 7/05/2013



Antes de que los ordenadores lo acapararan todo, los mejores bicharracos del cine salían de la cabeza y las manos de este hombre, Ray Harryhausen.
Verdadero vestigio del cine que no se hace, pero que nos enganchó.
El maestro que hizo que los esqueletos se levantaran contra Jasón, que trajo a los dinosaurios que perseguían  (y quien no) a ese pedazo de troglodita que era Raquel Welch, o que puso a Simbad en serios aprietos contra la estatua de nueve brazos de la diosa Kali, moría ayer a los 93 años.
Siempre lo recordaba así, ya mayor. Como a Gandalf, los magos con canas transmiten sabiduría
Harryhausen es el restaurante donde los Monstruos S.A. van a cenar, y la marca del piano que toca Víctor antes de conocer a su novia cadáver.No hay cineasta que se haya dedicado al fantástico al menos alguna vez que no haya dejado claro su absoluta admiración por el maestro.
Leo en un reportaje que nadie recuerda los directores (ni casi los actores) de muchas de sus películas, tan sólo al genio tras las increíbles criaturas.
Es lo que tienen los magos cuando son buenos, que eclipsan el resto del número.

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