Los cabronazos mejor de
dos en dos.
Santos patrones del rock
y el pulp, entidades casi míticas, Jules
Winnfield y Vincent Vega están
ya definitivamente más allá del bien y del mal.
Igual que las penurias
de Job lo hicieron santo, las andanzas de la pareja a lo largo de esos dos
largos días los hacen entrar en la mitología, jodidos santos, los putos cañones
de Navarone con traje negro. Así los ha sabido captar Vlad Rodriguez, que, sin duda iluminado opor alguna entidad
superior, ha concebido este díptico en olor de santidad. Extraordinario artista
digital obsesionado por esa cultura pop que nos trae a todos de cabeza, por
aquí teneis sus múltiples páginas.
"Todo lo que nos interesa son los regalices rojos y el Armageddon instantaneo..." |
Las pistolas de juguete,
o láseres ultra futuristas, me recuerdan a mi última pareja de hijoputas
desatados, Hazel y Cha-Cha, directamente inspirados en los
dos de arriba. Psicópatas viajeros en el tiempo, cuando alguien los llama los
demás salen corriendo. Es lo que tiene cuando eres la Solución Definitiva.
Este par de cabezones
amantes de la casquería y los pasteles de manzana salen de las desgastadas
neuronas de Gerard Way y los lápices
de Gabriel Bá, en las páginas de esa
obra maestra que es “The umbrella academy”, un comic alucinante
de extraños héroes, paradojas temporales y experiencias psicotrónicas a
tutiplén.
Cuando el problema se
mueve entre realidades superpuestas, en un mundo lleno de magia, fábulas,
antiguos señores y extrañas criaturas, nadie mejor que el Sr. Croup y el Sr. Vandemar.
Salidos de la cabeza de Neil Gaiman
(¡genuflexión!) para perseguir al prota de “Neverwhere”, son dos
animales crueles y bestias, regidos por extraños códigos que sólo pueden conseguirte
unos minutos más antes de verlos probar varios montones de herrumbrosas herramientas
sobre tu frágil cuerpo. Además al Sr. Croup le encanta comer porcelana antigua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario