“…He's got crazy flipper
fingers
Never seen him fall.
That deaf, dumb and blind kid
That deaf, dumb and blind kid
Sure plays a mean
pinball!...”
Pete Townsend “Pinball Wizard”
Eran grandes, más que
tú. Enormes artilugios con cuatro patas y luces por todas partes. Podías
encontrarlos en los bares, aunque solían esconderse en manadas en los
recreativos, junto a aquellos arcades tan chulos que aquí se llamaban
simplemente “máquinitas”. Eran los
pinball, y por muy complicado que fuera su diseño (algunos tenían varios pisos)
su encanto residía en su simpleza: una bola de acero rebotando contra cosas que
daban puntos.
Los pinball tuvieron su
hegemonía en los setenta, sabiendo luchar codo con codo con el surgimiento de
los arcade de la época. La batalla la perderían en los ochenta, al tiempo que
las maquinitas se complicaban. El número de bumpers luminosos que puedes
instalar en un tablero de pinball está limitado, los pisos del “Kung
Fu master” son casi ilimitados.
Dando tumbos de un lado
a otro por la web me encuentro un estupendo tumblr dedicado a este entrañable
artilugio, siempre apoyado (o sirviendo de apoyo para) sabrosas chavalas, oh
yeah. También hay fotos de esos arcades usurpadores, que ganan adeptos en el
coleccionismo vintage.
Desde sugerentes
fotografías publicitarias del propio juego a atrezzo de fotos más o menos
artísticas (de Playboy hay un huevo) o simples zorranganas despatarradas por
encima, todo cabe en los recreativos de arcadepenny.
Una sorprendente Ann Margret anunciando el pinball de “Tommy”,
el auténtico Pinball Wizard. Elvira
con su propia maquina o las jamonas de Playboy anunciando uno de la marca del
conejo. Campañas publicitarias que, al contrario de lo que pudiera parecer, no
están dirigidas al público infantil.
Y como no, chavala
jugando al de Kiss, clásico y pieza
de colección.
También aparece por ahí Jenna Jameson cuando todavía se ganaba
la vida con el insert coin.