jueves, 28 de junio de 2012

Apocalypse Dog


El blog se gira de nuevo. Se sacude el polvo del desierto para meterse hasta el fondo en el río Nung.
Dennis Hopper es el bufón de la corte, el loco que precede al rey y que os da la bienvenida a los otros locos por estos lares. Porque hay que estar loco para llegar hasta allí.
Nos adentramos con Willard en la selva de Vietnam, en busca de Kurtz, el soldado definitivo, el líder total, el mesías que nadie pidió.
¿O en realidad bajamos dentro de la cabeza de Willard, solo y abandonado en medio de una guerra distinta a cualquier otra?

martes, 26 de junio de 2012

Flash Glam Trash!

¿A que molan?
Debbie Harry muerta del susto
Sasha's drum solo!!!!

Flash Glam Trash! Otra página de fotos, o tumblr que llaman ahora, repleta hasta arriba de glam trash o gutter culture (cultura de desecho o del arroyo. Admito interpretaciones)
De la colección de pistolas del Rey himself a una improbable Sasha Grey aporreando la batería.
Toneladas de fotos. De Debbie Harry y esos locos ochenta a chicas en bicicleta, lolitas, pelis raras, nazismo de pose, armas...
Y sexo, claro. Pero eso ya lo dábamos por hecho

jueves, 21 de junio de 2012

3 horas con 48 minutos



El pasado domingo en el Bernabeu, Bruce Springsteen dio el concierto más largo de su carrera.
 3 horas y 48 minutazos de éxtasis bossiano. Todo un regalo a los fans españoles de un hombre que sabe que los que mueven este chiringuito son esos que compran las entradas y pocas veces baja de las tres horas de actuación.
Un par de cabronazos que fueron que me habían comentado el detalle, pero acabo de leer en el blog de Fernando Navarro la confirmación por parte del mismo Boss.
228 minutos a los que tan sólo habría que sumar otros escasos ¡5! de descanso, ya que hablamos de tiempo de música. Igual que los predicadores ambulantes convirtieron a miles de personas en la antigüedad, Bruce Springsteen convierte a la religión del rock’n’roll a golpe de concierto. Porque si después de lo que acabamos de contar no sales convencido, quizás deberías replantearte un par de cosas. O no, a nosotros qué nos importa.
Como dice Navarro, lo del minutaje exacto es un detalle para fans, que afilaban las uñas compitiendo por tener el honor del concierto más largo de su ídolo, pero también, y más importante, detalle para los que todavía pensamos que se pueden hacer conciertos sinceros y emocionantes, sin estar sujeto al reloj o a los meros hits comerciales. Que se puede creer en lo que se hace y dejarse llevar, disfrutando. Que el rock es algo intenso y acojonante que ni siquiera la Mtv puede liquidar, le pese a quien le pese.

viernes, 15 de junio de 2012

Western eléctrico


Si os parais a leer vereis que sale Don Johnson,
siglos antes de destrozar retinas con su look blanco hortera de Miami
En 1971 se estrena “Zachariah”. Producto hippylongo de serie B con ínfulas ácidas y trascendentales, que intenta mostrar el devenir trascendental de su homónimo protagonista de acuerdo con la novela “Siddartha”, de Hermann Hesse. A medio camino entre lo surrealista y el musical, la publicidad de la época la anuncia como un “western eléctrico”, sobre todo por la banda sonora, compuesta a ritmo de rock, y donde suenan dos grupos capitales de la época, lo hippies Country Joe and the Fish y James Gang en su mejor formación, con esa bestia parda llamada Joe Walsh en formato de trío brutal.
Cada vez que suena un tema de éstas bandas, aparecen ellos en escena interpretándolo, práctica habitual del cine contracultural y hippy de la época.
Country Joe incluso interpretan a una banda de ladrones algo desastrosos (The Crakers) en la peli.
James Gang. Cowboy eléctricos
James Gang toca dos temazos. La potente “Country fever” la despachan actuando en un saloon. Pero es el otro tema, “Laguna salada”, el que me dejó clavado al sofá. Después de unos minutos de créditos iniciales, un zoom nos muestra una guitarra eléctrica transparente apoyada en un amplificador. Comenzamos a oír los potentes acordes del tema mientras la imagen sigue a Zachariah por el desierto, cuando en un corte lo que vemos es la sombra de Joe Walsh, el enorme guitarra de James Gang. Lo siguiente son ellos tres  tocando este demoledor y tremendo “Laguna Salada”, sólo flanqueados por los amplificadores. Ni siquiera están cerca del protagonista. La cámara se aleja y los sitúa en medio de un desierto naranja y enorme que llenan totalmente con su imponente canción. Las tomas del grupo se montan con las de Zachariah, que quedan un tanto ingenuas para mi gusto, sobre todo en comparación de lo intenso del tema que las acompaña. La canción no sólo hace de score para la intro de la película, las imágenes del grupo tocando también se alejan de la acción y parece que estamos viendo un video del grupo. Que le den a la linealidad de la acción cinematográfica.


Decir que tocar en medio del desierto es una de mis grandes ilusiones es quedarse corto. La imagen de los tres tíos emocionados en la mitad de ninguna parte, zumbando un pedazo de tema machacón y sinuoso, con esos riffs épicos de Joe Walsh tiene una fuerza acojonante, y es otra de señales que anticipa lo que será el stoner.
Y es que de “Laguna Salada” a One Inch Man no hay tanta distancia.

jueves, 7 de junio de 2012

Django ¡Primer trailer!

Vía Uruloki,  como siempre, Django ya esta aquiiii.
Preparados para babear un rato






La putada es que Kurt Russell no estará al final, dicen que ha tenido más que palabras con el cabezón Tarantino, pero ahí tenemos a Johnny Cash, pistoleros raudos, chicas guapas, frases míticas, venganzas chungas, malos malosos y funky funky.
Mientras llega la navidad aquí va una pequeña batería de fotos de "Django Unchained" .


Jamie Foxx más chulo que un ocho como Django
Encuentro de Djangos...y la d no se pronuncia.

Christoph Waltz exponiendo un argumento

Doc King y Django por la nieve ¿que tramarán estos dos?

Django Vs Calvin Candie.

El cabezón in person preparando un plano, o midiendosela a Jamie a palmos

martes, 5 de junio de 2012

La portada de "On the beach", de Neil Young


Hace unos días me pillé este disco en un mercadillo cochambroso de Valencia, un auténtico tesoro entre montañas de quincalla, restos vetustos de adornos del hogar, planchas de hierro y basura varia. Como un oasis en medio de todo eso, un fulano tenía varias (clásicas) cajas de plástico llenas de vinilos. No era el único que los vendía, pero sólo él los tenía ordenados. Cuando ves en un rastrillo así un montón de discos amontonados de cualquier manera, y el de arriba es de coplas, techno ochentero (estábamos en Valencia) o así, no te agaches a mirar. Será raro que en el montón haya algo razonable, y si lo hay estará hecho una pena.
Siempre me gustó mucho esta portada. Una imagen muy potente que transmite claramente una sensación concreta.
Todo en cálidos tonos amarillos, en primer plano vemos montado los trastos para un día playero como otro cualquiera. A su izquierda la auténtica imagen icónica de esta portada, el culo de un Cadillac saliendo de la arena, todo un cochazo, amarillo también, enterrado a los pies de una de las sillas, como un cohete que impactara de morro.
Cuando conseguimos dejar de mirar el impactante frontal vemos por fin al fondo, un poco difuminado, a Neil Young, o al menos eso queremos pensar, porque está de espaldas.
Con la melena desgreñada al viento, va más o menos trajeado y está descalzo delante de las olas. A su lado las desgastadas botas recién quitadas y una tumbona que hace juego con las de su espalda.
Portada de Pelham para la novela de Ballard,
aquí conocida como "La sequia"





























No hace falta saber nada de Neil Young, de su música o sus vivencias para percibir la idea de descanso después del jaleo, de calma total después de una vorágine de sucesos, de escapada del agobio. El coche estrellado después de ir a toda ostia, quizás con prisas, o a un ritmo por encima del recomendable, a tope vamos. Como Thelma y Louise, Neil Young tira por el barranco y va a parar a un pequeño oasis de estar por casa. Y ni siquiera eso le complace, por lo que coge su tumbona y se aleja un poco más, hasta el borde del mar. Neil no pide mucho, como vemos, se conforma con descalzarse en la orilla del mar, dejando que la mirada se pierda saltando de ola en ola, casi podemos oír el relajante murmullo del mar que envuelve al canadiense. Si abrimos la carpeta del disco vemos lo que se intuye desde el principio: la playa está desierta, desoladoramente desierta.  Otra cosa que pide Neil, estar solo.
El conjunto consigue de verdad llevarnos a esa playa, a ese lugar particular en el que nadie te jode y realmente se desconecta la realidad agobiante que te ha llevado hasta allí.

La genialidad de la portada, diseñada por Gary Burden y fotografiada por Bob Seideman, es funcionar a nivel explícito y a nivel íntimo, el propio Young atravesaba una etapa complicada a esas alturas de su carrera.
Grabado en 1974, el canadiense esta en un momento jodido cuando graba este disco, repleto de desesperación y oscuras letras. Young sale de convertirse en un intérprete famoso  que no sabe muy bien cómo lidiar con la fama, dejándose arrastrar peligrosamente por el sexo, drogas y rock’n’roll del mito. Que acaba de grabar un álbum más amargo si cabe que el que tenemos entre manos, para ver como  la negativa de la compañía a publicarlo le obliga a meterlo en un cajón, el otro clásico “Tonight’s the night”.
En medio de todo eso sale  “On the beach” con un heterogéneo grupo de músicos, un álbum   ecléctico e impulsivo, con un sonido crudo y seco, sin mucha producción. Estaba quemado y no tenía tiempo para mierdas de nadie.  Según se cuenta, todos los involucrados en la grabación consumieron grandes cantidades de un mejunje llamado Honey Slide, la mezcla de un cannabis de baja calidad y miel. Dicen que de propiedades alucinógenas, la mala calidad podría haber provocado la variedad de estados de ánimo que llenan el disco.

Aún podemos ir más allá. En un reflexivo análisis de James Reich, la cadena surrealismo/psicodelia es mucho más estrecha de lo que pensamos. El autor monta un puente entre Dalí y sus relojes blandos del cuadro “La persistencia de la memoria”, con la playa desoladora y árida;  la ilustración de un cadillac enterrado que David Pelham crea para ilustrar la portada de una novela del entonces apocalíptico y catastrófico J. G. Ballard, en medio de una serie de portadas para el autor, todas pobladas por objetos (una bomba, un tanque, el empire State, un cadillac…) semienterrados; y la creación de Burden para Neil Young, según Reich, una recreación de aquel cuadro de Dalí por el que empezamos.
Por la época en que se publica el álbum, el grupo avant garde Ant Farm  crea el Cadillac Ranch, diez cadillacs “ plantados” en la arena del desierto de Amarillo,  Texas. 

Pintarrajeados coches del "Cadillac Ranch".
Su inclinación es igual que la de la pirámide de Gizeh
El cadillac como icono de una sociedad que se acaba, sumergiéndose en la playa post atómica y desolada de Dalí, el vacío existencial de una sociedad y un artista que ven la derrota de Vietnam, la crisis financiera y la debacle del gobierno representado en la forzada dimisión de Nixon (detalle último a comentar de la portada: el periódico bajo la mesa recoge la noticia de la dimisión en titulares). La caída anunciada de un sistema que el canadiense no tuvo reparos en señalar.
Neil Young se va a la playa de su vida porque no puede más. Ha llegado el momento de descalzarse y mirar al mar, sin más. Dejarse llevar, desvanecerse en soledad para intentar  avanzar de nuevo.
Que fue un disco jodido para Young se ve en la inexplicable descatalogación del lp durante más de dos décadas, a pesar de las continuas peticiones de los fans.
Aparte de todo esto,  el disco es COJONUDO.

Poster promocional del lp. No hay nada como los Honey Slides para animarle a uno el día