lunes, 9 de febrero de 2009

Videodrome

“Larga vida a la Nueva Carne”
Max Renn

La repercusión comercial que tiene su anterior film, “Scanners”, favorece el que Cronenberg inicie, casi de inmediato, los preparativos para su próxima película, con la que clausura el segundo ciclo de su carrera como cienasta. En esta etapa se ha consolidado un repertorio temático coherente y personal, se ha depurado un estilo formal y se ha confirmado como uno de los más interesantes creadores del cine fantástico. Al final de este proceso se haya en disposición de afrontar su obra más personal e innovadora, “Videodrome”.
Como respuesta a las peticiones de los productores de Filmplan II, futura productora de “Videodrome”, Cronenberg presenta dos ideas todavía en periódo de gestación. Una de ellas se inspira en uan historia escrita años atrás titulada “Network of blood”, cuyo argumento gira en torno a un hombre que descubre unas extrañas señales de television “La idea surge de cuando era niño y veía la televisión a altas horas de la noche y de repente aparecían señales. Esto sucedía antes del cable, cuando tenías una vieja antena que podías girar. Además de las potentes señales d elas emisoras que venían por el aire, tenías señales más débiles que venían por encima de ellas. A veces eran muy extrañas y sugerentes, y proyectabas sobre ellas tus propias fantasias porque no tenían sonido” comenta Cronenberg.
La idea original se enmarcaba en un contexto de ciencia-ficción y thriller muy próximo a las premisas argumentales de su anterior película. Pero en el momento en que se dispone a escribir el guión, el cineasta descubre que la historia favorce una serie de ideas que excitan su creatividad y le obligan a un desarrollo mucho más profundo, redactando una historia tortuosa y arriesgada, explorando sin censuras los límites de su imaginación. No tiene muchas esperanzas cuando entrega el primer borrador a los productores “Realmente pensaba que Filmplan iba a rechazarlo. Era mucho más arriesgado que la premisa que les había sugerido. Para mi sorpresa, les encantó”.
Pese a que los productores aceptan la propuesta, Cronenberg necesita corregir y depurar un guión que en un principio era casi infilmable, sobre todo por su contenido, que no hubiera superado la censura de ningún país. Este procreso de re-escritura será largo y se prolongará hasta el momento de empezar a rodar.
El argumento final presenta una serie de temas ciertamente apasionantes; el poder de los medios de comunicación de la sociedad contemporánea, la posición del espectador ate la emisión televisiva de pornografía y violencia, la manipulación mediática de los políticos, pero todo ello utilizado para establecer uan reflexión sobre la delgada línea que separa la realidad de la alucinación, y el proceso de autodestrucción de su protagonista Max Renn. Esta premisa inicial se adereza con el ingrediente sexual, sadomasoquista y fetichista, que incide de nuevo en una de sus obsesiones: la fusión inevitable entre carne y materia inorgánica. Esta idea, presente en gran parte de su obra, tiene en esta película su plasmación más explícita y adopta una denominación definitiva: LA NUEVA CARNE. Concepto que ha servido habitualmente, y de manera apropiada, para definir la totalidad de la filmografía de Cronenberg y, en especial, su particular visión de la interacción organismo humano-tecnología, que se erige como una de las aportaciones más significativas del cineasta al cine contemporáneo.
Para encontrar a Max Renn, el canadiense encuentra, por primera vez en su carrera, al actor más adecuado, James Woods. Hasta ahora, y dejando a un lado la interpretación de Oliver Reed en “Cromosoma 3”(1979), éste había sido uno de los principales problemas del cineasta, siempre rodeado de protagonistas de registro débil y sin carisma, incapaces de transmitir ninguna psicología, algo fundamental para un director cuyos personajes son incapaces de expresar sus emociones de una manera convencional. Max Renn es el representante más genuino del personaje cronenbergiano y Woods es el primer intérprete de esa galería de actores tan semejantes que pueblan la filmografía del cineasta: Christopher Walken, Jeff Goldblum, Jeremy Irons, Peter Weller, James Spader, Elias Koteas, Ralph Fiennes o Viggo Mortensen. Actores de rostros poco convencionales capaces de expresar el atormentado universo interior de sus personajes, la constante búsqueda de su identidad y el sufrimiento que les lleva a la autodestrucción. Se ha señalado la sensación de familiaridad que se produce ante ellos como ante los miembros de una misma familia. Tan sólo Jeremy Irons y Viggo Mortensen han repetido con él, y pese a ello, el espectador tiene la sensación de que todos son parte del mismo individuo ¿tal vez el mismo Cronenberg?
“Videodrome” se convierte en el papel más importante de James Woods hasta su encumbramiento definitivo en “Salvador” (1986, Oliver Stone) y la gigantesca “Érase una vez en América” (1984, Sergio Leone).
En el papel de Nicki Brand, la periodista radiofónica con tendencias sadomasoquistas está perfectamente enmarcada por Debbie Harry, celebérrima cantante del grupo Blondie.
Los efectos especiales corren al cargo del genio Rick Barker, ganador del Oscar por su trabajo en “Un hombre lobo americano en Londres”(1981, John Landis)
Además esta película supone el encuentro del director con su hermana Denise, que comienza a ser diseñadora de vestuario en esta película y ya será la jefa de vestuario en todas la películas de su hermano.
Videodrome” es la película más arriesgada del cineasta hasta la época, y tal vez excesivamente ambiciosa para un director que todavía no maneja con acierto todas las variables del lenguaje cinematográfico. Cronenberg utiliza el cine para indagar en su propio subconsciente, probando y descubriendo nuevos elementos a medida que avanza la producción. Este proceso de aprendizaje puede llegar a confundir a los miembros del equipo de rodaje “Soy muy anti-hitchcokiano cuando se trata de filmar. No puedo pensar algo más odioso que planificar todo sobre el papel nates de rodar” comenta el director. Lo inusual de muchas escenas y esta indecisión del canadiense ocasionan un ambiente enrarecido en el plató.
Las extrañas características de la película provocan muchas anécdotas de rodaje. En una ocasión, durante el rodaje de la secuencia de la Misión de Rayos Catódicos, llegan a quemar la red eléctrica del edificio debido al alto número de monitores enchufados. Cronenberg nos cuenta otra situación algo surrealista “ Era una película inusual. El equipo estaba incómodo con ella, la mayoría de ellos gente con la que había trabajado antes muchas veces. Teníamos a varias mujeres que venían y se desnudaban, luego las encadenábamos la muro de “Videodrome” , donde las golpeábamos (todo fingido). A una o dos de ellas les encantaba
Como ya ocurriera con las dos anteriores producciones, el productor Pierre David busca una major en Estados Unidos que quiera unirse a la empresa. La Universal es la interesada. La aparición de este nuevo e importante productor es toda una sorpresa para Cronenberg, ya que “Videodrome” no parece, en absoluto, el proyecto más atrayente para un gran estudio, con fama de conservador, como éste. Con la llegada de los primeros problemas de rodaje, y sobre todo durante la post-producción, la Universal planteará sus dudas pero nunca dará la espalda a un proyecto que será todo un fracaso comercial.
Un argumento complejo, el descubrimiento de un arriesgado programa pirata llevará al protagonista Max Renn a despertar a la realidad como punto de partida de la experiencia individual que sufrirá.
A mis espectadores no les importa la historia” dice Renn cuando muestra la serie de softcore japonesa que ha adquirido en un hotel de mala muerte, como si estuviera comprando droga. Esta es la filosofía narrativa que adopta Cronenberg: la película se estructura bajo la apariencia de un thriller futurista para, de manera prgresiva, deslizarse hacia las profundidades de una pesadilla onírica, a través de una trama cada vez más alambicada y compleja.
Max Renn es un productor de una pequeña cadena de televisión dedicada a exhibir material violento y pornográfico, pero Max no se ha planteado nunca en serio su relación emocional con las imágenes que compra y vende de manera desapasionada. Pero su descubrimiento del canal “Videodrome”, que presenta un nuevo concepto de violencia audiovisual, sólo secuencias de totura, mujeres desnudas y hombres encapuchados. La experiencia sacude emocionalmente a Max. Le dice la madura directora de cine erótico “Tiene algo que tú no tienes. Tiene una filosofía y eso es lo que lo hace peligroso
Un argumento complejo y confuso que describe un mundo deconstruido por las alucinaciones. Max vivía seguro en su universo, cimentado sobre débiles premisas que se derrumban al contacto con “Videodrome”. La atracción que siente hacia sus imágenes, minan la estructura mental del protagonista, que, hasta ese momento, no cuestionaba la realidad en que vivía.
El director utiliza para mostrar ese descenso vital una técnica de objetivización. Materializa el subconsciente de Max, y lo justifica por el nacimiento de un nuevo órgano, el cáncer que se desarrolla en su cerebro. Otra vez cuerpo y mente unidos sin remedio. Para ello es vital el trabajo de Rick Baker - cassettes de video palpitantes, televisones vivas - todo parece posible en este nuevo mundo que se extiende ante los ojos de Max.
Mas allá de las implicaciones sociales, lo que le interesa al director es el periplo individual que afecta a este personaje, que, tras advertir que la realidad que le rodeaba no era más que una invención, se embarca en un proceso de transformación vital, en el cual La Nueva Carne ejerce de metáfora. Esta metamosrfosis , violenta y traumática como todo cambio personal, tiene como fin liberar al hombre de sus ataduras, del control institucional encarnado por los creadores de “Videodrome”. No es casualidad para un cineasta obsesionado por transgredir el violento rechazo moralista del cuerpo, que sea una transformación carnal la que libera finalmente al hombre.
Como vemos el componente social se supedita siempre al individual. “Videodrome” no es solo una virulenta exposición del los peligros del control mediático, sino también una reflexión acerca de la libertad individual respecto al poder social, la relación sexo-ser humano y su representación icónica, y, sobre todo, un análisis que afecta al horror más profundo del ser humano, y que, según su director, se traduce en “ la evanescencia de nuestras vidas y la fragilidad de nuestro estado mental, y, por tanto, la fragilidad de la realidad que nos rodea”.
Todo esto lleva a Max a un nuevo estado de ser llamado La Nueva Carne. Simbiosis de imagen televisiva y cuerpo en una misma criatura, que puede servir para controlar al individuo, o dirigir al hombre a un nuevo estado de conciencia. El cáncer que produce “Videodrome” es, en palabras del doctor O’Blivion “ Un nuevo órgano, una nueva parte del cerebro que cambiará la realidad humana” luego describe el proceso “ la visiones se convertirán en carne. En carne incontrolable”. Una de las ideas más sugerentes y perturbadoras de la pelicula. Pero, como sucede en todas las metamorfosis producidas en la obra de Cronenberg, esta evolución provoca la autodestrucción del individuo, que a pesar de ser la solución última, no siempre es negativa, sólo una consecuencia inevitable, el último escalón evolutivo hacia una nueva forma de ser.

Después de todo, no hay nada real fuera de nuestra percepción de la realidad
Doctor O’Blivion

2 comentarios:

Cazaril dijo...

Ok , por fin tengo tu blog en mi memoria a largo plazo.
Muy bueno el blog y las entradas, te seguiré habitualmente.

Ani.

www.cazaril.blogspot.com

Wayne Gro dijo...

Cojonudo, por que nadie diría que vivimos en el mismo poblado. Nos veremos por aqui (espero)