Hace poco veía en un
telediario un reportaje acerca de los burdeles (deliciosa palabra), en la
enésima búsqueda del punto de vista más original acerca de la crisis económica.
Las putas contaban que los mayores clientes eran “grupos de empresarios chinos, orientales en general”. Los españoles
habían caído mucho. La crisis claro.
El ejecutivo chinorris. Esos
hombrecillos destroyer que desfasan ante cualquier ocasión como si no hubiera
un mañana, como diciendo: “No trabajamos de sol a sol con marcial
dedicación para luego no poder celebrarlo como se merece prendiéndole fuego a
la ciudad”.
Es verdad que no hace
falta mucho para que un grupo de tíos se ponga en plan cafre, y la nacionalidad
de los ejecutivos da igual, pero los trajeados asiáticos son como un subgénero,
básicamente iguales en cuanto al alcohol y sustancias, hay que añadir una
querencia especial por los bares de luces neón con sus abnegadas profesionales
y el inefable karaoke, verdadera marca de la casa.
En medio de una de esas
explosiones de alegría yuppie oriental aparece Josh Homme, que en su último vídeo se mueve como pez en el agua mientras
arrasan con todo, hasta un extraño final.
"Smooth
Sailing" es la canción, y la cámara nos enseña montones de primeros
planos de Homme y sus colegas en modo party total, con el foco fijo en ellos
mientras todo lo demás gira y se mueve (no sé cómo se llama ese movimiento de
cámara, por favor, ayuda!!).
Chupitos, coca, chicas. Bien.
Josh Homme sigue sacando
partido a “…like a clockwork” su disco más particular, el mejor desde “Songs
for the deaf”
2 comentarios:
Vaya resaca cuando se levanten mañana!!!!
Y que lo digas!!
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