martes, 28 de junio de 2011

Azkena 2011. Historias para no dormir. Jueves 23 Junio


Buffff
Aprovechando unos ratillos en esta jodida mañana post festival voy a intentar ir hilvanando lo que ha sido nuestra experiencia este año, que se resume en una palabra COJONUTEN.

JUEVES 23

Después de un viaje más bien jodido, ya que alguien decidió que la mejor fecha para arreglar la autovía de Burgos era este verano y tardamos  una hora y media más de lo esperado en llegar a Vitoria, el resto salió rodado.
A pesar de que hubo momentos estos meses de atrás en los que nos vimos durmiendo debajo de un puente, a última hora conseguimos alojamiento en los apartahoteles San Fermín, y los recomendamos a partir de ya, a pesar de estar a tomar por culo del recinto de conciertos, el tranvía te deja eficazmente en toda la plaza de la Virgen Blanca. De ahí, diez minutos a pata al recinto Mendizabala.


Recién llegado pillamos ya empezado el rock extraño y saltarín de EELS.
Una banda compuesta por dos guitarras, bajo, saxo y trompeta (vestidos éstos de chaqueta roja como salidos de una banda clásica cincuentera, y que permanecían de espaldas al público mientras no tocaban) que el barbudo E.  guió a través de temas rock potente, indie, blues, suaves melodías de ritmos abruptos,  temas dignos de una big band, y cualquier otra cosa que os podáis imaginar, un reflejo del amplio concepto que Mr E. tiene de la música, más reflejo de su estado personal que de un solo estilo definitorio.  Mediante largas presentaciones que no acabamos de entender comprendimos algo mejor la fama de humor imprevisible y peculiar que tiene Mr E.
Aquel día solo funcionaba el escenario grande (llamado ese año Solomon Burke), de modo que no nos movimos del sitio salvo para pedir litros y litros de cerveza.
Glenn Hughes...¿o Amparo Baró?

Sin pausa salieron BLACK COUNTRY COMMUNION a repasarnos, con las cabezas visibles de un increíblemente joven Glenn Hughes y el enorme (como músico y como corpachón) Jason Bonham.
Blues rock con mucho boogie y solera, un aire a finales de los setenta pero con el brío y la contundencia de hoy en día, y la mayor prueba de ello es la versionzaca que se marcaron de “Burn”, el temazo que nombraba aquel primer disco de Deep Purple con Hughes al bajo, donde el tipo llegó como un jabato a las notas más altas de la melodía vocal.  Presentaban segundo disco en poco más de un año y se les notaba potentes a tope, con un Jason Bonham que tiene poco que envidiarle a papa Bonzo. Pensaba que huirían de la estela Zeppelin, pero el grupo se dejaba sentir en las melodías. A pesar de un sonido deficiente que hacía que, incomprensiblemente, el bajo de Hughes no se oyera casi, los ánimos ya se habían caldeado lo suficiente para ver a los siguientes monstruos que hicieron aparición en el escenario.
¿Quien quiere estar delgado cuando se puede comer una mula con habas?
THE CULT ofrecieron uno de los mejores conciertos de esta edición del Azkena.
Repasando clásicos como “Fire Woman” o “She sells sanctuary” a bombazos de sus últimos y recomendables discos. Rock duro y auténtico marca de la casa que tuvo en las manos del batería Joe Tempesta y el genial guitarra original Billy Duffy sus puntales, especialmente éste último, en plena forma.
Lo de su mítico cantante es algo difícil de explicar.
Si cerrabas los ojos oías esa voz que un día se hizo cargo sin problemas de cantar con los Doors sustituyendo al insustituible Jim Morrison (¡¡allí estuvimos también!!). Quizás no en su mejor momento, pero bastante potente.
El detalle venía si abrías los ojos y veías al tipo que agarraba el micro en el escenario. Decir que Ian Astbury estaba algo pasado de kilos es quedarse corto ¡gordo como una nutra! Que cabrón, habrá engordado 20 kg desde las fotos de promoción de la gira. Además el pelo largo hasta pasados los hombros y unas indescriptibles mallas/pantalones follaos no ayudaban a  la idea de conjunto. Que el hombre se dedicara entre canción y canción a hacer gestos incomprensibles o a hablar a la gente que se meaba en una valla cercana no son sino más señas aún de que algo jodido pasa por la mente de Mr Astbury, que aún así cumplió a la perfección.


 Mas cerveza después (ya nadie miraba relojes) vemos el nuevo escenario preparado para ROB ZOMBIE
Una tela  gigante detrás con la escena cumbre de King Kong y dos paneles enormes con Frankenstein y el hombre lobo de Lon Chaney Jr. En el escenario tres plataformas separadas entre si por las que Zombie saltó como un loco.
Iluminado con luces fluorescentes  y ataviado, tanto él como el bajo y la guitarra, de muertos vivientes, el rock industrial algo flojillo del renegado del diablo comenzó a toda ostia.
Concierto divertido, como he dicho Rob no para quieto con su vozarrón de cazallero hijoputa.  Increíblemente cantosos son los músicos, de los que sinceramente dudamos que tocaran sus instrumentos, (el guitarra John 5 quizás, pero el bajista…) perdidos en el estruendo de las bases programadas.
Dos temas de White Zombie (“More human than human” y “Electric Head”) pusieron la guinda (agridulce, porque quien tuvo no retuvo) a un concierto muy entretenido, y es que el señor Rob Zombie sabe animar a personal.



 Y del Zombie pasamos al Padrino del Metal, al cantante original de Black Sabbath, al loco de Birminghan, ladies and gentlemen: OZZY OSBOURNE.
Lo difícil es seguir desde aquí (Ganico si estás leyendo, te invito a que me mandes tu versión).
Un hombre que se ha machacado tanto como el amigo Ozzy  (entrada biografía) no puede evitar estar hecho polvo. Muy envejecido, el tradicional paso con las manos delante de Ozzy se ha convertido en el andar de un viejo que intenta agarrarse a algo, en este caso el micro. Apenas 70 minutos de actuación, de los que 15 se fueron en solos, dejando fuera no solo clásicos Sabbath, sino propios como “Over the Mountain”. Ozzy está cansado ya, no llega a los tonos altos.


Pero aún así no deja de ser el puto Ozzy Osbourne, y se disculpó en un par de ocasiones por lo débil de su voz. Una banda potente lo arropaba y canciones como “Suicide Solution” sonaron  cojonudas, aunque para mí escuchar “Iron Man” y “Paranoid” de él fue de lo mejor que me ha pasado en conciertos en mi vida, y ese inmortal “Mr Crowley”, que se convirtió en nuestro himno el día siguiente, pero eso ya es otra historia…


Todavía nos quedaba lo que probablemente fuera lo mejor del día, los grandes esperados, el grupo que se inventó el stoner moderno y lo dejó antes de empezar a sacarle partido, KYUSS LIVES! salieron al escenario de madrugada avanzada y todo se vino abajo.
El bajo de Mr Olivieri te arrancaba las costillas del sitio, al tiempo que John García declamaba clásicos uno detrás del otro al son incesante y contundente de Brant Bjork, el tercer miembro de los Kyuss originales en unirse en esta genial iniciativa. El guitarra cumplió a la perfección su difícil papel de ser sustituto de Josh Homme, el gran ausente de esta vuelta(esa es otra ¿Por qué no gira de nuevo con esta gente?).
La leve espera entre canción y canción siempre se resolvía con una ovación por parte de la absolutamente entregada y entusiasta multitud, mucha más gente de la que esperábamos, porque cuando tus tres últimos discos son clásicos, da igual lo que toques. 
John García se soltó la melena y, agarrado a su micro, nos contó, con la que ya es la voz del stoner, brutalidades como “Rodeo”,” One Inch Man”, “Supa Scupa and mighty Scoop”, “Green Machine”, “100 degrees”, “Gardenia”,”Whitewater”…
Con un sonido perfecto, tal y como debe sonar en vivo un grupo tan fuerte como Kyuss,  atronador pero exacto, brutales y psicodélicos, densos y ajustados.

 
Cuando todo acabó parecía que la máquina que nos había llevado por unos momentos al Palm Desert en California se había estrellado otra vez contra la tierra en Vitoria. Aquellos gigantes que nos habían revuelto el alma y el corazón volvían a su galaxia, dejándonos la duda de si todo aquello que acabábamos de contemplar era cierto o fruto de algún experimento psicotrópico, porque pocas veces he tenido esa sensación de satisfacción absoluta después de un concierto. El viaje se había acabado todos salimos de allí desorientados , seres mitológicos nos habían visitado y nosotros, pequeños mortales , no estamos preparados para comprender en toda su inmensidad la presencia de tan imponentes encarnaciones.

Gentuza rockera y festivalera
Aquí se dividió la comunidad. Mientras unos cuantos desgraciados se fueron ya al catre, otros tres decidimos que porque no comprobar las virtudes del Flamingo, la carpa/bar/casino de las Vegas, que habían instalado en el medio del recinto, y allí estuvimos apurando el día algunas horas más. No me preguntéis que más pasó hasta que no amanecimos al día siguiente…

PD - Los fotos que acompañan las tiró un servidor, no como las que puse ayer que eran todas robadas. Las de noche se ven un poco como el culo, pero que le vamos a hacer...

3 comentarios:

Mr. Choooooocky dijo...

JODER!!!
ERES UN MACHINE!!!
AYER UNAS FOTOS, HOY OTRAS.
LA VERDAD ES QUE ESTÁN DE PUTA MADRE.
CORROBORO CADA UNA DE TUS PALABRAS.
A OZZY, SE LE DEBE PERDONAR TODO, NO?
Y OYE...QUE BIEN SE NOS VE EN LA FOTO NO?

Wayne Gro dijo...

Es que no conseguía sacarlas de la puta cámara, como cada cacharro lleva su propio cable es una pena. Molaba más poner las propias ¿no?
Para lo del viernes tengo más nuestras.
Ojeeeeete!!!

Mr. Choooooocky dijo...

Molan más que sean tuyas...
lo que tu ojete vio..
Ya estás tardando para la Crónica Vampirica del Viernes