miércoles, 21 de septiembre de 2011

Mountain Man

Hace unos días llegó al local de ensayo Zaraballo Jan Zero con una nueva melodía, un temazo stoner en toda regla llamado Mountain Man.
Mientras la aprendíamos recordé una idea para una letra que tenía guardada desde hace tiempo, y tocando aquellas poderosas y profundas notas la letra volvió a mi cabeza, perfecta para aquella melodía que Jan Zero traía.
A veces las letras se quedan a medias, a la espera del empujón definitivo, y aquí estaba. Ya sólo tenía que terminarla. 
Ya antes de conocer la melodía tenía claro que quería hacer una canción llamada así, el nombre suena poderoso de cojones, pedía una letra psicodélica y stoner a tope, y por ahí iban mis notas, que se revolucionaron completamente al tener la música.
Estaba claro que las referencias al desierto y a los egotrips eran imprescindibles. 
El Mountain Man se me presentaba tanto como una especie de chamán, gurú o Yoda, como quieras llamarlo, como un supuesto estado alterado que te ayuda a contactar con “the other side”, un tocar fondo para renacer iluminado, perdido en medio del desierto y las montañas.

Mountain Man define un lugar, una persona y un estado mental, todo a la vez. Así de pretencioso me levanté ese día. 
La canción ya está terminada y os aseguro que suena ACOJONANTE, el tipo de cosas que quería tocar desde que empecé con Jan Zero. 
Hoy he tecleado por curiosidad Mountain Man en google, y cuál ha sido mi sorpresa al encontrar toda una bibliografía acerca del tema. Mountain man es un término usado para designar a todo un grupo de exploradores, tramperos, comerciantes y buscavidas que se movieron a sus anchas por las montañas rocosas de EEUU a lo largo del siglo XIX, la típica imagen del hombre barbudo, con ropa hecha de pieles y un cuchillo como tu brazo de largo.

Entre historia y la leyenda el cine nos ha dado al más famoso de ellos, Jeremiah Johnson, a quien Robert Redford encarnó en la fascinante película del mismo nombre, en 1972, dirigido por Sidney Pollack, que a su vez está basada en la novela “Mountain Man” de Vardis Fisher.

A pesar de ser comerciantes de todo lo que podían, principalmente pieles de animales salvajes, los Mountain Men han pasado a la historia idealizados como hoscos hombres solitarios con su propio código ético, que prefieren vivir a su aire en la más salvaje y agreste naturaleza que entre una civilización que no comprenden, con la que tratan exclusivamente para hacer transacciones comerciales. Hechos a la montaña, pronto se mezclaron entre los indios americanos, de quienes aprendieron a sobrevivir en condiciones durísimas, de inviernos inhumanos, rodeados de osos y otras bestias nada amigables. 
El propio Jeremiah se acerca más a la definición idealizada, y no persigue el dinero, sino el aislamiento. Sólo quiere montaña, nieve y paz. 
Me gusta pensar en uno de estos Mountain Men totalmente separado de la civilización, retirado por completo a lo profundo de la montaña, en un estado continuo de contacto con la parte más salvaje del mundo, a un estado primario libre de artificios, una especie de comunión con el verdadero inconsciente colectivo, para desde ahí pasar a otro estado de consciencia, ya sea superior, alterado o primordial. El hombre que ha mirado al abismo y ha mantenido la mirada.

¿No podría Jeremiah descubrirte cosas que ni tú sabías de ti mismo?
Me encaja con la idea de la canción, lo que la hace más completa y amplia.
Me encantan estas coincidencias, y ahora me gusta aún más la canción.

3 comentarios:

Cazaril dijo...

Muy interesanet, ya solo falta que la podamos disfrutrar. Y en mi caso, lo tengo crudo, asi que ponla en algún sitio o susuramela la próxima vez que nos veamos ;)

Un saludote.
Ani.

Cazaril dijo...

Quiero decir que me la susurres, ¡córcholis!, no vaya a ser que entiendas otra cosa.

Abur.
Ani.

Wayne Gro dijo...

Cuando lo toquemos en lo de Rangel no tienes excusa...