El pasado domingo en el
Bernabeu, Bruce Springsteen dio el concierto más largo de su carrera.
3 horas
y 48 minutazos de éxtasis bossiano. Todo un regalo a los fans españoles de un
hombre que sabe que los que mueven este chiringuito son esos que compran las entradas y
pocas veces baja de las tres horas de actuación.
Un par de cabronazos que
fueron que me habían comentado el detalle, pero acabo de leer en el blog de
Fernando Navarro la confirmación por parte del mismo Boss.
228 minutos a los que tan sólo
habría que sumar otros escasos ¡5! de descanso, ya que hablamos de tiempo de música.
Igual que los predicadores ambulantes convirtieron a miles de personas en la antigüedad,
Bruce Springsteen convierte a la religión del rock’n’roll a golpe
de concierto. Porque si después de lo que acabamos de contar no sales
convencido, quizás deberías replantearte un par de cosas. O no, a nosotros qué
nos importa.
Como dice Navarro,
lo del minutaje exacto es un detalle para fans, que afilaban las uñas compitiendo por tener el
honor del concierto más largo de su ídolo, pero también, y más importante,
detalle para los que todavía pensamos que se pueden hacer conciertos sinceros y
emocionantes, sin estar sujeto al reloj o a los meros hits comerciales. Que se
puede creer en lo que se hace y dejarse llevar, disfrutando. Que el rock es
algo intenso y acojonante que ni siquiera la Mtv puede liquidar, le pese a
quien le pese.
3 comentarios:
A ver cuando vemos un concierto de The Zaraballos de 3 horas con 20 minutos, tampoco voy a ser exigente
Me gusto el detalle que tuvo el Boss con Nacho.
Algún día!!!
Publicar un comentario