Escarbando en esa colección de pelis bajadas, grabadas en un
dvd y nunca vistas, ayer me puse manos a la obra, avergonzado cada vez que veo
todas las que me quedan por ver.
El cuerpo pedía serie b, cosas peculiares y sin muchos
miramientos. Lo mejor de montarte un maratón de pelis en tu casa es no saber qué
vas a ver. Cada cosa pide lo siguiente, o a veces, como en este caso, simplemente
es que están todas grabadas en el mismo dvd.
Empecé con un clásico del que estaba harto de leer:
Película de culto total dirigida y protagonizada por Paul
Bartel, el autor de otra maravilla llamada “La carrera de la muerte del año
2000”. Clásico underground totalmente desinhibido y amoral, como debe
ser. Una pareja rancia y frígida (de apellido Bland, “soso” en inglés) decide
sacar dinero matando a pobres viciosos, que responden encantados al falso
anuncio de Dominatrix que publica el matrimonio al ver lo fácil que es hacerse
pasar por “degenerados” . La propuesta funciona gracias al singular atractivo
de la sra. Bland, interpretada por Mary
Woronov . En esto llega el joven latino Raoul, que les propone un plan para
deshacerse de los cuerpos, ayudado por una empresa de carne precocinada.
Los momentos míticos se multiplican: las escenas que montan
en su piso a petición de los clientes (una sala nazi, un quirófano, un fumadero
hippy, una casa Disney); la orgía de swingers; mr Bland en el sex shop… Sin una
pizca de sangre, ya que todos son eliminados a base de ingenuos sartenazos, una
comedia negra absoluta y divertida a tope, bien rodada, sin estúpidas moralinas
finales, los remordimientos duran poco en este mundo lleno de pervertidos y
aficionados a las orgías donde los menos raros son precisamente los aburridos
Bland.
Una meada y…
Reconozco que la bajé en su día al ver a Gina Gershon y Drea de Matteo vestidas de aguerridas punk rockers. Eso en una peli
que se llama “Reza por el rock’n’roll” es suficiente para que te ponga el cola de la
Mula. No esperaba mucho de la peli, pero me quedé gratamente sorprendido.
La Gershon es la cantante y líder de una banda de punk rock
en la escena angelina de finales de los 80 que lleva años pateándose los clubes.
Cercana a los cuarenta se da cuenta de que nunca será una estrella del rock y
las dudas sobre su carrera se aguzarán con varios golpes que recibirá la banda,
principalmente provocados por Drea de Matteo, la bajista del grupo (¡¡bufff!),
personaje inclinado hacia la autodestrucción y las malas compañías.
Con una especial dedicación a las interpretaciones en
directo. Cantadas de puta madre por la propia Gershon, todos los temas están
escritos a propósito para la peli por la guionista, Cheri Lovedog, se integran en la trama y molan. The Clam Dandys, el
grupo de la peli, parece mucho más real que, por ejemplo, The Runaways, en la sosa peliculita que les dedicaron hace un par
de años.
Gina Gershon se los lleva a todos de calle, está tremenda
con su look a lo Joan Jett potente. ¿Dónde
se mete esta mujer? Toda una presencia brutal allá donde vaya. Una rockera full
time que llegó a realizar una mini gira interpretando los temas de la película a
modo de promoción. Puro sexo en movimiento.
Un descanso y el final, la cuesta abajo de la serie b, la
gloriosa serie z, italiana para más inri.
“1990.Los guerreros del Bronx “(Enzo G. Castellari, 1982).
Buen ejemplo de lo que es un exploit, véase coger un éxito y copiarlo más o menos, con casi
siempre menos presupuesto e ideas. Rápido y barato y derecho al videoclub.
Walter Hill estrena
en 1979 “The warriors”, cojonuda película acerca de las bandas
callejeras de Nueva York; John Carpenter
nos trae a Snake Plissken en “1997. Rescate en N.Y.” en 1981.
El estirado es Trash, y no es nada gay, mal pensados |
El guión es un sinsentido importante. Intenta contar como una
rica heredera acaba en el Bronx huyendo de la perversa compañía que la
persigue. Trash, nuestro macarra y melenudo prota se la lleva a su cubil
morroñoso. Los malos envían a un poli chungo, Hammer, a que la recupere, y de
paso lo haga todo banderas. Alguna traición y muchas peleas insulsas después no
queda muy claro quién gana al final.
Gregory deambula de aquí para acá por montones de
escombreras y edificios en demolición, con un palo de acero, un pincho en el codo y perenne cara de mala
hostia. Es consciente de que esta su oportunidad en el cine y no la va a
desaprovechar.
Contra todo pronóstico la cinta se convierte en objeto de
culto de videoclubs, y, al menos en España, arrasa. ¿Cómo no, cuando una peli
que tiene tantos momentos memorables?:
a) Un jefe que se llama Trash, toda la peli con un chaleco
de cuero y el pelo en la cara
b) Los Raiders, su banda, conducen motos donde los faros
tiene forma de calavera. Es la banda más creíble y leo por ahí que la mayoría
eran auténticos Ángeles del Infierno.
Trash, ese hombre de pecho palomo |
c) Geordie, el rey del Bronx, lidera una banda de chulos
años 20, con cochazos de gangsters
d) El resto de bandas son delirantes: Los Zombies, especie
de jugadores de hockey con stiks de acero y un ridículo traje futurista de
hombreras; los Hombres de Hierro, no menos ridículos tipos llenos de purpurina
que bailan ante los que penetran en su territorio; los buitres, una especie de banda
de salvajes que sólo gruñen y van en harapos con palos.
e) Esos fondos de Nueva York, la cercanía de la civilización
sobre el ghetto sin ley, aún a sabiendas de que la peli se rodó en las afueras
de Roma.
f) Sólo Hammer, el malvado, lleva armas de fuego. Y no las
recarga nunca. Su mala hostia crea balas cuando es necesario.
g) Delirante banda sonora a medio camino entre el rock psicodélico
casposo y el coñazo casiotone. Hipnótica en todo caso.
h) En la presentación de la banda, en vez de música de fondo
hay un tío sentado al lado de ellos con una caja y un charles tocando un
interminable solo!!!.
La cuesta abajo se hacía más pronunciada. Y lo que es peor,
estaba engrasada. Si la anterior era una simpática exploit, la que venía ahora
ahondaba en el lodazal del cutrerio chusco sin más
“La fuga del Bronx“(Enzo G. Castellari, 1983).
Viendo el éxito de sus guerreros, con un poco más de dinero,
mucho oportunismo, pero sin ganas o tan siquiera ideas, Enzo no pierde el viaje
y rueda a toda ostia esta especie de secuela en la que sólo repite el
monolítico Gregory como Trash.
Con un inusual toque reivindicativo, la trama, o lo que
queda de ella, esta vez se enfoca a cómo una gran corporación planea reconstruir
el Bronx por entero. Claro que para eso deben vaciarlo, sea como sea. La opción
utilizada es a golpe de lanzallamas.
Ya no hay bandas ni territorios, y aquí sí que Trash está
más perdido que la ostia. Después de hacer explotar un helicóptero a tiros con
su pistola (¿?) el resto es un deambular que parece de Hanna Barbera (pasan por
la misma cloaca varias veces), explosiones chuscas y gente que muere al
instante cuando se encienden los lanzallamas. Una vez más nadie recarga las
armas y todo transcurre en otra enorme zona de derribo cochambrosa en la que
nadie tiene muy claro qué hacer. Todos los malos van con cascos oscuros, me
juego lo que queráis a que sólo son 10 distintos, intercambiables.
No hay fotos. Id a un solar cercano a vuestra casa y os haceis una idea.
Hay todavía una tercera parte "Los nuevos bárbaros" del inafable Castellari de la que es mejor ni habla.
Y a acostar con un valium para no tener pesadillas con tanto bárbaro y tanta ostia...
On Bass...Drea de Matteo!!! |
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