Hace muchos años, menos de los que parece, existía una raza de hombres virtusos de los cuatro instrumentos sagrados del rock que proclamaban su fe en creencias antiguas y primigenias a través de canciones de críptico sentido y atronador volumen.
Hard rock, rock psicodélico, blues rock son los nombres con que el resto de hombres intentaron cercarlos, etiquetarlos, sin conseguirlo nunca. Todo daba igual para estos salvajes venidos de tierras lejanas, que dejaban crecer sus melenas en un acto de sumisión a la ley del “haz lo que quieras”, que adoraban los acordes más graves y sus amplificadores siempre llegaban hasta el nivel 11.
Perdidos en aplastantes melodías y machacones bajos tomaron posesión de lo quisieron cuando y como lo quisieron, quizá sabedores de que el suyo sería un reinado efímero pero brillante.
Lo que otros músicos construían a base de pequeñas y delicadas piezas ellos levantaban con inmensas moles de granito, erigiendo catedrales de 15 minutos de duración, sólidas de arriba a abajo.
Se repartían en pequeños grupos, pues eran hoscos y de dificil trato. Algunos de estas bárbaras agrupaciones se hacían llamar por nombres como The power of Zeus, Josefus, Damnation, Grand Funk Railroad, Black Sabbath, Three man army, Captain Beyond, Sir Lord Baltimore, Buffalo, Budgie, Toad, Armageddon, Blues Creation, Morgen, Fuzzy duck, Atomic Rooster, Highway Robbery, Bloodrock, Andromeda, The Baker Gurvitz Army, Bakerloo, Bang, Blue Cheer, Hawkwind, Pentagram, May Blitz, Leaf Hound, High Tide, Dust, Stone Garden, Bram Stoker, Grounghogs, Flower Travellin’ Band, Electric Sandwich, Gun, Pink Fairies, Granicus…
En este soleado sábado enchufad alguno de sus himnos a la desmesura y brindad por los gigantes que caminaban entre nosotros
Hard rock, rock psicodélico, blues rock son los nombres con que el resto de hombres intentaron cercarlos, etiquetarlos, sin conseguirlo nunca. Todo daba igual para estos salvajes venidos de tierras lejanas, que dejaban crecer sus melenas en un acto de sumisión a la ley del “haz lo que quieras”, que adoraban los acordes más graves y sus amplificadores siempre llegaban hasta el nivel 11.
Perdidos en aplastantes melodías y machacones bajos tomaron posesión de lo quisieron cuando y como lo quisieron, quizá sabedores de que el suyo sería un reinado efímero pero brillante.
Lo que otros músicos construían a base de pequeñas y delicadas piezas ellos levantaban con inmensas moles de granito, erigiendo catedrales de 15 minutos de duración, sólidas de arriba a abajo.
Se repartían en pequeños grupos, pues eran hoscos y de dificil trato. Algunos de estas bárbaras agrupaciones se hacían llamar por nombres como The power of Zeus, Josefus, Damnation, Grand Funk Railroad, Black Sabbath, Three man army, Captain Beyond, Sir Lord Baltimore, Buffalo, Budgie, Toad, Armageddon, Blues Creation, Morgen, Fuzzy duck, Atomic Rooster, Highway Robbery, Bloodrock, Andromeda, The Baker Gurvitz Army, Bakerloo, Bang, Blue Cheer, Hawkwind, Pentagram, May Blitz, Leaf Hound, High Tide, Dust, Stone Garden, Bram Stoker, Grounghogs, Flower Travellin’ Band, Electric Sandwich, Gun, Pink Fairies, Granicus…
En este soleado sábado enchufad alguno de sus himnos a la desmesura y brindad por los gigantes que caminaban entre nosotros
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