miércoles, 23 de mayo de 2012

Foo Fighters "Back and Forth"

"These are my famous last words"
Dave Grohl, de la canción "Burning bridges"


Se edita el estupendo documental sobre Foo Fighters, “BACK AND FORTH”
Con obligado comienzo dedicado a Nirvana, Dave Grohl comenta como grabó seis meses después de la muerte de Cobain una cinta con las canciones que luego compondrían su primer disco.
Consciente de que la expectación de los primeros conciertos de los Foo,  Grohl enseguida comenta como se sintió a examen los dos primeros años de vida de su nueva banda, una constante revalida ante el supuesto atrevimiento de él, un “simple” batería, de seguir donde lo había dejado el beatificado Kurt Cobain.
Tras una primera gira acompañado del también ex Nirvana Pat Smear y la sección rítmica de Sunny Day Real State, Nate Mendel y William Goldsmith, graban el primer disco y la máquina comienza a rodar.
La mítica cinta
 A mí me ocurrió como a toda esa gente que “juzgaba” al batería cuando se descolgó con un nuevo proyecto. No muy convencido del giro punk melódico del grupo, y totalmente deslumbrado por Nirvana, Foo Fighters no pasaban de ser un grupo que sólo hacía vídeos cachondos.No conocía a los músicos, el periplo, los problemas surgidos a nadie de la banda, ni ninguna de sus vicisitudes. Este documental se convierte en el modo perfecto para pasear por una discografía que va a más cada vez. Y si tenemos en cuenta hasta donde se puede ser sincero en este tipo de vehículos (en este caso, la promoción del último y gigantesco disco “Wasting light”), David Grohl y los suyos demuestran no tener pelos en la lengua.
De una manera algo convencional se mezclan montones de imágenes de archivo con las declaraciones pausadas y sinceras de todos los miembros, habidos y por haber, en el grupo.
Joder, William Goldsmith nos cuenta que sintió al ver que Grohl regrababa todas sus baterías para el segundo disco, provocando su salida (in)voluntaria del seno Foo. Y es que ser el batería del grupo de uno de los mejores bateras del rock duro actual tiene que ser jodido.
La salida voluntaria de Pat Smear también hizo tambalearse el universo Foo Fighters, que tardó en encontrar al actual guitarra solista Chris Shiflett, encontrado en una audición (contratar a colegas no había salido muy bien en el pasado) para aportar más guitarras a lo que ellos mismos definen como los verdaderos Foo Fighters: Grohl, Mendel y el segundo y definitivo batería, el surfero Taylor Hawkins, batería de nervio y contundencia con similar pegada a la del jefe.
Foo Fighters al sol. Relajados, tranquilos...
El rubio batería nos cuenta uno de los momentos más jodidos (aparte de su propia sobredosis, que casi lo despacha) como banda, cuando todo el mundo alucina porque el líder se marcha a grabar y de gira con Queens of the Stone Age. Hawkins cuenta como se enfadó con Dave, reprochándole lo que parecía una huía de la crisis en la que se habían metido hasta las patas grabando un nuevo lp que no cuajaba.
Pero no hay nada como tocar un poco fondo para coger nuevos impulsos. Así, Grohl volvió, se los llevó a su sótano, y enseguida tuvieron listo “One by one”, disco que los colocó en esa liga de megaestrellas. (y de paso “Songs for the Deaf” esa burrada bestial de Homme y los suyos)
Grohl y los suyos nos cuentan como su sonido se va complicando, incorporando nuevos tiempos y sonidos, hasta la edición del doble “In your honor” con dos cds de sonidos contrapuestos, pero que en futuro mezclarían con  éxito, puliendo un hard rock alternativo muy melódico que los lleva a actuar en el estadio Wembley en 2008. Dos shows con todas las entradas vendidas que los Foos no pueden evitar rememorar un poco alucinados. Emocionante la imagen de un Dave Grohl a punto de llorar rodeado de ese mar de gente que le grita entusiasmada después de tocar con ellos “The best of you”.
Si tocar ahí no acojona tú me dirás...
Lo de Wembley define una carrera meteórica hacia la cima, esa cima tan puntiaguda en la que sólo unos pocos se aguantan, algunos a duras penas. Un punto de inflexión brutal.
Y después de la furia, lo mejor es la calma, y Dave Grohl decide que el mejor lugar donde grabar el siguiente, y hasta la fecha último lp es el garaje de su casa, teniendo en cuenta como es la casa del batería tampoco es que se metiera en una mierda de estudio, pero dice mucho de la actitud sincera y humilde del hombre. Ya veíamos en el documental de Lemmy que Dave Grohl es un tío cojonudo, un colega de los que no fallan. Totalmente enamorado del hard rock imparable que disfruta de lo que hace y se desvive por ello, consciente de ese status de no tener status, de poder hacer lo que le dé la gana. Jodido por los malos momentos pero nunca arrepentido, orgulloso de haber conseguido llevar su juguete, aquella cinta, Foo Fighters, adonde está ahora.
El garaje de Dave Grohl es más grande que tu casa
 El documental aún nos depara otro par de momentos emocionantes al final, en la grabación de “Wasting Light”. Uno de ellos es la colaboración del gigante alternativo Bob Mould en una de las mejores canciones del lp, “Dear Rosemary”. Es una chulada ver a Grohl deshacerse en elogios hacia el viejo clásico, honrado de su presencia.
El punto y final, la aparición para colaborar en la intensa “I should have know” de la tercera pata de Nirvana, Krist Novoselic, desaparecido de la vida pública desde que aquella bala atravesó los sesos de Kurt Cobain, hace casi 20 años.
En la mesa se nos quedan cosas como el proyecto ultrametálico de Grohl “Probot”; más datos de su conexión QOTSA y Lemmy, con quien  grabaron el vídeo de “White Limo” para este último disco; esa relación al parecer retomada ahora con Novoselic; la amistad con Jack Black y su participación en la genial “Tenacious D. The pick of destiny”,  y un montón de cosas más en las que siempre está metido nuestro batería favorito.
Pero esto era un documental de los Foo Fighters, y todo aquello, como suele decirse, es otra historia.
Grohl y Novoselic, un huevo de años después

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