Dave Grohl, de la canción "Burning bridges"
Se edita el estupendo documental sobre Foo
Fighters, “BACK AND FORTH”
Con obligado comienzo
dedicado a Nirvana, Dave Grohl comenta como grabó seis
meses después de la muerte de Cobain
una cinta con las canciones que luego compondrían su primer disco.
Consciente de que la
expectación de los primeros conciertos de los Foo, Grohl enseguida comenta como se sintió a
examen los dos primeros años de vida de su nueva banda, una constante revalida
ante el supuesto atrevimiento de él, un “simple” batería, de seguir donde lo
había dejado el beatificado Kurt Cobain.
Tras una primera gira
acompañado del también ex Nirvana Pat
Smear y la sección rítmica de Sunny Day
Real State, Nate Mendel y William Goldsmith, graban el primer
disco y la máquina comienza a rodar.
A mí me ocurrió como a
toda esa gente que “juzgaba” al batería cuando se descolgó con un nuevo proyecto.
No muy convencido del giro punk melódico del grupo, y totalmente deslumbrado
por Nirvana, Foo Fighters no pasaban de ser un grupo que sólo hacía vídeos
cachondos.No conocía a los músicos,
el periplo, los problemas surgidos a nadie de la banda, ni ninguna de sus vicisitudes.
Este documental se convierte en el modo perfecto para pasear por una
discografía que va a más cada vez. Y si tenemos en cuenta hasta donde se puede
ser sincero en este tipo de vehículos (en este caso, la promoción del último y gigantesco
disco “Wasting light”), David Grohl y los suyos demuestran no tener
pelos en la lengua.
La mítica cinta |
De una manera algo convencional
se mezclan montones de imágenes de archivo con las declaraciones pausadas y sinceras
de todos los miembros, habidos y por haber, en el grupo.
Joder, William Goldsmith nos
cuenta que sintió al ver que Grohl regrababa todas sus baterías para el segundo
disco, provocando su salida (in)voluntaria del seno Foo. Y es que ser el batería
del grupo de uno de los mejores bateras del rock duro actual tiene que ser
jodido.
La salida voluntaria de
Pat Smear también hizo tambalearse el universo Foo Fighters, que tardó en
encontrar al actual guitarra solista Chris
Shiflett, encontrado en una audición (contratar a colegas no había salido muy
bien en el pasado) para aportar más guitarras a lo que ellos mismos definen
como los verdaderos Foo Fighters: Grohl, Mendel y el segundo y definitivo
batería, el surfero Taylor Hawkins, batería
de nervio y contundencia con similar pegada a la del jefe.
Foo Fighters al sol. Relajados, tranquilos... |
El rubio batería nos
cuenta uno de los momentos más jodidos (aparte de su propia sobredosis, que
casi lo despacha) como banda, cuando todo el mundo alucina porque el líder se
marcha a grabar y de gira con Queens of
the Stone Age. Hawkins cuenta como se enfadó con Dave, reprochándole lo que
parecía una huía de la crisis en la que se habían metido hasta las patas
grabando un nuevo lp que no cuajaba.
Pero no hay nada como
tocar un poco fondo para coger nuevos impulsos. Así, Grohl volvió, se los llevó
a su sótano, y enseguida tuvieron listo “One by one”, disco que los colocó
en esa liga de megaestrellas. (y de paso “Songs for the Deaf” esa burrada
bestial de Homme y los suyos)
Grohl y los suyos nos
cuentan como su sonido se va complicando, incorporando nuevos tiempos y
sonidos, hasta la edición del doble “In your honor” con dos cds de
sonidos contrapuestos, pero que en futuro mezclarían con éxito, puliendo un hard rock alternativo muy
melódico que los lleva a actuar en el estadio Wembley en 2008. Dos shows con
todas las entradas vendidas que los Foos no pueden evitar rememorar un
poco alucinados. Emocionante la imagen de un Dave Grohl a punto de llorar rodeado de
ese mar de gente que le grita entusiasmada después de tocar con ellos “The
best of you”.
Si tocar ahí no acojona tú me dirás... |
Y después de la furia, lo
mejor es la calma, y Dave Grohl decide que el mejor lugar donde grabar el
siguiente, y hasta la fecha último lp es el garaje de su casa, teniendo en cuenta
como es la casa del batería tampoco es que se metiera en una mierda de estudio,
pero dice mucho de la actitud sincera y humilde del hombre. Ya veíamos en el
documental de Lemmy que Dave Grohl
es un tío cojonudo, un colega de los que no fallan. Totalmente enamorado del
hard rock imparable que disfruta de lo que hace y se desvive por ello,
consciente de ese status de no tener status, de poder hacer lo que le dé la
gana. Jodido por los malos momentos pero nunca arrepentido, orgulloso de haber
conseguido llevar su juguete, aquella cinta, Foo Fighters, adonde está ahora.
El documental aún nos depara
otro par de momentos emocionantes al final, en la grabación de “Wasting Light”.
Uno de ellos es la colaboración del gigante alternativo Bob Mould en una de las mejores canciones del lp, “Dear
Rosemary”. Es una chulada ver a Grohl deshacerse en elogios hacia el viejo
clásico, honrado de su presencia.
El punto y final, la aparición para colaborar en la intensa “I should have know” de la tercera pata de Nirvana, Krist Novoselic, desaparecido de la vida pública desde que aquella bala atravesó los sesos de Kurt Cobain, hace casi 20 años.
El garaje de Dave Grohl es más grande que tu casa |
El punto y final, la aparición para colaborar en la intensa “I should have know” de la tercera pata de Nirvana, Krist Novoselic, desaparecido de la vida pública desde que aquella bala atravesó los sesos de Kurt Cobain, hace casi 20 años.
En la mesa se nos quedan
cosas como el proyecto ultrametálico de Grohl “Probot”; más datos de su
conexión QOTSA y Lemmy, con quien
grabaron el vídeo de “White Limo” para este último disco;
esa relación al parecer retomada ahora con Novoselic; la amistad con Jack Black y su participación en la
genial “Tenacious D. The pick of destiny”, y un montón de cosas más en las que siempre
está metido nuestro batería favorito.
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