Adolf Hitler
Pigmeo acaba de llegar a
los EEUU. En un programa de intercambio promovido por la una agrupación
parroquial de xxx. Pequeño para los trece años que tiene, viaja junto con otros
compañeros de lo que parecen ser países del este o China, antiguo eje comunista.
Allí conocerá nuevas
formas de racismo y condescendencia hacia todo lo que no sea norteamericano.
Podrá inspeccionar el
modo de vida libertino y desenfrenado de la juventud estadounidense. Su
irrisorio programa escolar, sus vergonzantes intentos académicos de favorecer
la mezcla de fluidos entre los estudiantes mediante lo que llaman “bailes”.
“…el agente-yo explica que le han contado que en América
todas las señoras están alegremente liberadas para dejar siempre al desnudo sus
muchas vaginas fragantes. Que ninguna posee virginidad. Que desarrollan hobby
de disfrutar muchos abortos frecuentes. Siempre ansiosas por colocar húmedas
bocas de señoras en torno a los genitales de los caballeros…”
El vacuo y sinsentido culto
a una figura de yeso enorme clavada a una falsa cruz de madera que sangra
pintura roja, mientras un diablo sudoroso alecciona sobre pecados que él mismo
comete.
“…Las bocas bocas de todos los miembros del culto
se ponen a aullar, a vociferar palabras sacadas del libro…Cacofonía de ladridos
de bocas abiertas de pez, todas abiertas al unísono, con las cabezas echadas
hacia atrás para apoyar las miradas en la falsa víctima masculina de torturas
con su sangre pintada. Muchos perros ladrándole a la luna…”
Porque Pigmeo pertenece a
una célula terrorista, aleccionada por el estado desde los cuatro años para
acabar con el demonio americano, extinguir la raza que sojuzga a todas las
demás a costa de aniquilar su fuente de odio tan bien aprendido/inculcado.
Pigmeo ha sido enseñado a
no destacar, a pesar de poseer conocimientos de maestro en artes marciales o
física y química.
Se infiltrará en las
aulas estadounidenses, entre su juventud, esa olla a presión de hormonas y
deseo sexual incontrolado, dirigido por incompetentes profesores que no enseñan
nada útil.
“…Para que conste en acta, las instalaciones de
educación americana están destinadas a humillar a los jóvenes nativos y
destruir todo el respeto que puedan tenerse a sí mismos. Las tareas se asignas
calibradas a destruir su autoestima…”
Pigmeo debe llevar a cabo
la Operación Estrago, que acabará con el demonio norteamericano.
Si puede evitar las
extrañas sensaciones que suben desde su entrepierna por la hermana de
intercambio, la hermana-gata.
Una fan fatal de Palahniuk. |
“…Habría sido posible en un solo instante
vertiginoso como la centella, usar los codos doblados y afilados como lanzas
para lanzar el golpe Doble de Ánguila Planeadora, pata-bum […] Y habría sido
posible hurgar. Abrir a la fuerza, en seco, todo fricción, desprendiendo la
tierna membrana hasta que plof-plof, la punta goteante de mi arma se encajara
en el fondo de la ranura virgen del músculo vaginal.
Tal vez por la única culpa del afecto, las manos
del agente-yo no han derribado a la hermana-huésped a golpes, no han dejado a
la hermana-gata inconsciente para poder penetrarla con el arma turgente y
cometer la maniobra del Coito Conejo, chof-chof, y vaciar el contenido de los
testículos para inundar sus óvulos viables americanos.
Tal vez el afecto profundo y verdadero se defina
por no penetrar la vagina sin consentimiento…”
Pigmeo es una novela de
Chuck Palahniuk. Un tanto floja en conjunto (y horrible en su final) que no
defrauda en cuanto a ostiar cualquier convención establecida. Aquí sobre todo
el racismo, la educación juvenil y los totalitarismos, sean religiosos, capitalistas
o comunistas. Crítica social, lavados de cabeza, mal gusto y humor marca de la casa, hecha con el automático quizás, pero marca al fin y al cabo. Lo que salva la novela es escuchar hablar al pequeño Pigmeo, la
peculiar manera que tiene de explicar lo que le rodea, como el propio Chuck ni se
esforzara en crear personajes y hablara directamente.
Siempre es interesante ver
en que fango se va a meter Chuck Palahniuk, que mantiene un envidiable ritmo de
publicación, dispuesto a darte tu ración anual de mala leche, cinismo y
…jabón.
Y si de vez en cuando sale un "Club de la Lucha" o un "Rant" pues mejor que mejor
1 comentario:
He de reconocer que en mitad del post he tenido que empezar a leerlo de nuevo porque no entendía nada, he pensado ¿Se ha hecho de una secta? Pero todo tenía una explicación
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