viernes, 17 de julio de 2009

Portugal 2


El segundo día partimos en dirección al mar a ver Sintra, pequeña ciudad que perece fue el centro del retiro de los ricos en el siglo XIX y principios del XX, ya que cuenta, en medio de una vegetación tan frondosa como la de Galicia, con el palacio de verano de los depuestos reyes portugueses, el también peculiar y exótico Palacio da Pena, un edificio enorme construido en lo alto de una loma rodeado de especies vegetales de medio mundo y que daba la impresión de haber sido compuesto con trozos de otros palacios. Todos lo reyes portugueses hacía su aportación a la construcción y eso le confiere ese aspecto tan ecléctico y sobrecargado, con cúpulas morunas sobre arcos góticos o exageradas figuras barrocas y modernistas.
Más abajo del Palacio da Pena esta la Quinta da Regalía, palacete perteneciente a un antiguo burgués de Portugal que hizo fortuna en Brasil y lo compró. El amigo además era masón, y gustaba de la magia, los templarios y algo de ocultismo, por lo que decoró el edificio de una manera abigarrada a más no poder, llenándolo de símbolos que no llegábamos a comprender por no haber querido gastar dinero en un guía. Y es que éstos portugueses lo cobran todo, no penséis en ver nada gratis.

Además el jardín del palacio era enorme y estaba compuesto de lugares con nombres como Fuente de la Sabiduría, Paseo de los dioses, Plaza del guardián o el impresionante Pozo de la Iniciación.
Después de un día de relax por Portugal y la playa de Cascais, donde descubrimos una sorprendente placa en honor de una visita de Aleister Crowley, finiquitamos Lisboa al día siguiente visitando el monasterio de los Jerónimos en Belem, lugar donde está enterrado Vasco de Gama. Alrededor de aquel lugar nos pilló un desfile de la policía de Lisboa que parecía una película de Ozores. Y ahí si que constatamos que Portugal vive al menos 15 años atrás que nosotros, en los ochenta vamos.

Después de casi morir de insolación mientras íbamos a ver la puta Torre de Belem salimos cagando leches hacia Coimbra, donde pasamos la últimas noches del viaje.
La ciudad es como la Salamanca de Portugal ( entendedme, en pequeño y pseudo cutre) y estos días estaba de aniversario de un levantamiento estudiantil contra el mamón que les tocó a ellos como dictador, Salazar.
Si en Lisboa había cuestas aquí son directamente paredes, eso si, es más barato que la capital (que a su vez es igual de cara que el Poblado, lo que no está nada mal) por lo que la manduca y bebida corrieron alegremente ( no nos engañemos, aunque no hubiera sido más barato habrían corrido igual de alegres).
La noche de llegar, después de seguir innumerables pistas falsas en busca de un bar de rock encontramos uno de casualidad. Lo atendían un viejo y un chaval y sonaba Bob Dylan a toda ostia. Eso y el cartel de Guinnes de la entrada nos convenció y pasamos, sin saber que aquella noche no había hecho más que empezar.
Al rato de estar allí, a punto de irnos, Luis, como no, se pone a hablar con el chaval, preguntándole a que otro bar podíamos ir (con dos cojones). El chaval resulta ser francés, y lleva el bar con su padre, el viejo de antes, belga de nacimiento pero viajero incansable. Me dibuja en una hoja los países de África donde ha trabajado y son más de veinte, además de Asia, Europa, etc. El chaval habla castellano por una novia mexicana que tuvo y en francés con su padre. Deducimos que la única portuguesa en esa casa es la madre.
La cosa se anima, nos pedimos más copas y el amigo belga, mientras habla de armas, nos saca chupitos de bourbon que nos vuelcan.
Cuando ya decidimos irnos Nicolás, el chaval, nos lleva a un pedazo de fiesta universitaria enorme en una especie de jardín y después a una discoteca rockera donde nos avisan que no hagamos demasiado el cafre, o sea, lo que se espera que uno haga en una discoteca rockera ¿no?. Estos portugueses son algo sosos.
Al día siguiente la consabida resaca. Tan sólo el italiano y yo fuimos capaces de amanecer de la siesta a las cinco de la tarde para intentar ver la engañifa esa de la Ciudad de los Pequeñines, 9 eurazos que nos ahorramos para gastarnos en Guinnes una terraza cojonuten encima del río que corta Coimbra en dos.
Y ya la back home, con comilona en una auténtica ciudad castellana: Ciudad Rodrigo, ahí es nada.

Un viaje cojonuten, claro que siempre que te vas con tu wild bunch, aunque sea a pasar una semana al Toboso, te lo pasas de puta madre.
Aprendimos lo justo de ese idioma que parece de broma que es el portugués y a entrar a los restaurantes armados de paciencia, ya que todos los camareros portugueses parecen hacerse los suecos. Además comprobamos que el hielo, incluido el de las gasolineras, es una mierda en todo el país, se deshace enseguida y es muy pequeño, como los vasos de tubo, que tendrían la mitad de la capacidad de los nuestros.
Y para terminar dejar claro la mentira, y gorda, del mito aquel de que las portuguesas tienen bigote. Totalmente falso, son unas preciosas mujeres morenas de pelo largo que más de una vez nos dejaron a los cuatro desgraciados con la boca abierta.
Obrigado morlocks.

5 comentarios:

Hulkmayall dijo...

Pero Wayne , cojones , mojaste o no mojaste , cuenta tio ¿ o acaso tuviste que dormir al ladito de ese tal chock ?

abogaadoo dijo...

Que huevos Portugal, ¿Para cuando el viaje definitivo y recorrer las rutas definitivas del Rock? en moto a poder ser, y con el bajo a la espalda

Hulkmayall dijo...

Wayne, te informo que ya esta disponible el video del primer single del nuevo trabajo de LYNYRD SKYNYRD "god & guns " que saldra en septiembre , el video corresponde a la cancion " still unbroken " ,

Wayne Gro dijo...

Vamos por partes.
Hulk, he de decir que un caballero ( rockero o no) nunca habla de ciertas cosas...En cuanto a la ruta definitiva, abogadooo, imagino que te refieres a la ruta 66, pero en moto, y con el bajo detrás, voy a parecer una avioneta.
Volviendo a Hulk, he de decir que me gustan los primeros Lynyrd, pre accidente podríamos decir

Cazaril dijo...

Por fín tengo tiempo de leerte como es debido.

Una reseña, como dirias tú; cojonuten,;-), por cierto, lo que más me ha ilusionado ha sido lo de las consavidas mozas del lugar. Siempre me las imaginaba con bigotes, arriba y abajo...

Otra cosa, la foto de los cuatro, tambien cojonuten;-))

Un saludo.
Ani.