martes, 24 de junio de 2008

Bowling for viejunas



Estaba en la sala de espera de pacientes el pasado viernes. Me habían hecho unas radiografías, y casi una hora después entran una viejuna bastante estropeada en una silla de ruedas del hospital, como en la que yo estaba sentado, conducida por una hermana que debía ser su vecina por como la llamaba de usted, (quizás su hija, que estas cosas se estilaban antes) .
Yo estaba a lo mío, intentando controlar la silla de ruedas, oyendo como la viejuna se quejaba. Como ya os he dicho debía estar bastante jodida.
Se ponen a hablar del tiempo, y en eso la de la silla comenta, como el que no quiere la cosa:
Viejuna – El otro día un chiquillo me rompió el cristal de la ventana con un petardo de esos-
Vecina - ¿Un petardo o una escopetilla de plomos-
Viejuna – Eso, una escopetilla de esas.-
Aquí ya pego la oreja total. La hermana continúa
Viejuna– La faltó nada para haberme matado.-
Un silencio…
Viejuna – Tenía que haberle dicho que me rematara en el momento. Desde entonces no me puedo quitar el susto de encima. –
La vecina ni se inmuta ante la afirmación, en su barrio debe ser normal que los chavales vayan pegando tiros a las casas de las viejunas, por que al rato comenta, con un tono maternal de comprensión:
Vecina – Pero no sería con mala intención.-
A lo que la Hermana Mayor contesta, con algo de justa indignación
Viejuna – No, ya se que con mala intención no, pero si no llego a moverme me mata.-
Todavía pienso que la vecina estaba allí para asegurarse de lo jodida que iba la viejuna y así heredar, como el atentado le había salido mal.

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