Las piernas de Predator

Algunos mitos se caen, otros se derrumban, y otros, los buenos, se mueren, y se quedan para siempre.
Esta semana se han ido dos de golpe, sin avisar. Las piernas más bonitas del cine (con esa frase la promocionaban), y el tío que diseñó a Predator, Parques Jurasicos y movió el ya genial diseño de Alien de HR Giger por la Nostromo.
Se han ido Cyd Charisse (las piernas) y el mago del maquillaje y los efectos especiales Stan Winston.
Reconozco que por Cyd siempre he sentido una admiración más distanciada, más como pin up de carne y hueso que como actriz. Un ejemplo de que hace 50 años era cuando había glamour de verdad, y no esa mierda que intentan colarnos ahora cada vez que una de estas pringadas de hoy en día se planta a promocionar la última peli de dibujos a la que ha puesto la voz.
De acuerdo con que no era Ava Gardner (bufff, eso si que era demasiado) o Rita Hayworth, pero que era grande, de eso no hay duda.
Winston fue el culpable de que a Schwarzenegger / Terminator se le viera el esqueleto metálico de manera creíble bajo la piel; de que el monstruo de Depredador impresionara como lo hace; que el bicharraco de La Cosa sea mil cosas a la vez, y todas escalofriantes (me viene a la cabeza la escena del perro, brrr). Y si Tim Burton dibujó a Eduardo Manostijeras, fue Winston quien hizo que no nos preguntáramos que cojones hace un tío que se parece a Robert Smith con cuchillas en las manos dando vueltas por el barrio.
Al César lo que es del César, cabronazos.